miércoles, 25 de enero de 2012

#

Y lloro, no sé porqué, soy feliz, estoy feliz. Pero me falta él a mi lado. Solo había echo falta una simple fría tarde de enero, en un bar, y unas simples palabras para hacerme sentir lo que siento. Es difícil de explicar. Me gusta, y mucho, no sé si él opina lo mismo, pero esta semana me ha demostrado que, al menos, se acuerda de mi, y eso es algo que me hace sonreír. Pero saber que hay otra chica me mata, qué afortunada, él está en peligro de extinción, es un ejemplar único, y lo tiene ella. Lo peor de todo es que ya he probado sus labios, que ya sé a qué saben, ya sé que cada vez que roza mi cintura se me pone la piel de gallina. Es como una droga, como el primer cigarrillo para un adicto al tabaco, como la primera copa para un alcohólico.