viernes, 10 de febrero de 2012

le faltabas tú

Había colocado dos velas en la entrada de la cosa y había tirado pétalos de rosa a lo largo de todo el pasillo. Había echo la cama con una sábana roja recién comprada. Había recogido su habitación, todo estaba en orden, cada cosa en su sitio.
Había cocinado pasta, spaghetti para ser exactos. Era la primera vez que lo hacía, pero a pesar de todo olía muy bien.
¿Y porqué spaghetti? Porque le hacía gracia la idea de que quizás fuera un spaghetti el culpable de juntar sus bocas por primera vez, como en "la dama y el vagabundo". Estaba todo preparado, todo perfecto, pero aún le faltaba algo. Le faltaba alguien. Le faltaba la persona con la que caminar por aquel pasillo lleno de pétalos de rosa, la persona con la que tumbarse sobre aquella sábana roja. Aquella con la que compartir el sabor de la pasta. Esa persona que sería víctima de aquel spaghetti que juntaría sus bocas. Le faltabas TÚ.

miércoles, 8 de febrero de 2012

paul

¿Que nadie te quiere?mentira, al menos una persona lo hace. ¿Que todo te va mal?mentira. Y esque estamos acostumbrados a ver solo las partes negativas de las cosas. No es que lo hagamos todo mal o que no hagamos nada bien, sino que siempre destacamos las cosas malas que nos suceden. ¿Que la vida es una mierda? Respecto a eso no tengo nada que decir. Creo que en la vida pasan cosas buenas y también malas. A veces tenemos una época en la que nos suceden cosas buenas y no las sabemos valorar, bien porque nos parece lo más normal que todo sea bueno o bien porque siempre buscamos la parte negativa de todo. Con todo esto quiero decir que no todo es bueno pero que tampoco es todo malo. Creo que debemos aprovechar cada instante que nos da la vida al máximo y ser un poco más optimistas. Que hay gente que realmente lo está pasando maly no se queja que, a pesar de todo, sonrían e intentan hacer felices a los demas antes de complacerse a sí mismos. Siempre hay algo bueno en las cosas malas que nos pasan y, a su vez, también hay cosas malas en las buenas que nos suceden. Que siempre hay algo de color, aunque solo sea un poco, en el pozo negro que pensamos que vivimos.
Por eso quiero decirte que ánimo, que me tienes aquí para todo lo que quieras, que estoy dispuesta a hacer todo lo posible para que sonrías, y que como bien te he dicho mil veces, ya vendrán tiempos mejores. Te quiero :)

martes, 7 de febrero de 2012

no siempre son cosas bonitas

14 de febrero, San Valentín. Habían discutido. ¿Quién se enfada este día en el que se supone que todo es bonito? Ellos, ellos se enfadaban siempre pero luego siempre había perdón, siempre había besos de reconciliación. Menos esta vez. Esta vez no había sido como siempre.
Ella había eco algo mal. Le pidió mil disculpas que él decidió no aceptar. Ella lloraba y le suplicaba que no se fuera, que le diera una segunda oportunidad, mientras el hacía su maleta para marcharse, para no volver a verla. Ella le agarraba de la mano, trataba de hacerle entrar en razón, le decía que ellos, en el fondo, se querían, gritaba que le amaba, intentaba besarle, como hacía siempre, pero él la apartaba con un empujón.
Atravesó el pasillo de la casa, abrió la puerta y la cerró con fuerza. Ella lloraba, le dolía la cabeza de gritar, le dolía el corazón de amar.
Se sentó en un sofá en el salón de la casa, tenía la pequeña esperanza de uqe él se arrepintiera y diera la vuelta para regresar con ella.
Pasaron las horas y él no volvía. Hubo llamadas y mensajes sin contestación. Esa noche ella se dio cuenta de que los 14 de febrero no son siempre rosas, caricias, besos, amor y cosas bonitas.

como si no hubiera mañana

Era sábado por la tarde. Sus amigas le habían dicho que saliera, que tenía que pasarlo bien, olvidarse de todo aunque solo fueran unas horas. Tenía que salir, pillarse a cualquier chico y olvidarse de Él, aquel que la hacía sufrir tanto, pero a la vez, aquel que ella amaba tanto. Lo que sus amigas no entendían era que ella no quería olvidar, ella quería conseguir.
A pesar de las insistencias de sus amigas ella se negó. Quería estar sola.
Le apetecía salir, pero no ponerse unos tacones, ir a una discoteca y desfasar, sino que quería ir a dar una vuelta, pensar en sus cosas, ordenar sus ideas, colocar su cabeza, no quería estar con nadie, solo ella y su música, nadie más.
Se dirigió a la estación de buses, no sabía porqué, bueno, en realidad sí. Tenía la pequeña esperanza de que él apareciera allí, sin previo aviso, y que le plantara un beso en los labios.
Caminaba despacio, escuchaba Grítame con los ojos, le gustaba esa canción.
La calle estaba hasta arriba de gente, vio muchas parejas, ojalá añguien la quisiera, ojalá alguien estuviera dispuesto a dar la vida por ella. Borró esas ideas de su mente, hicieron que derramara algunas lágrimas. Ya había llegado a la estación. Se limitó a sentarse en un bancoa esperar y a observar a la gente que subía y que bajaba agetreadamente de los buses.. había besos y abrazos de despedida pero también los había de bienvenida. Había lágrimas, pero también sonrisas.
Ella se limitaba a observar y de vez en cuando sonreía.
Llegó otro bus más, bajó un monton de gente y entre la multitud le vió. Sí, era él, sin duda alguna. ¿Y ahora qué hacía? ¿Corría hacia él y le abrazaba o se quedaba ahí sentada como si no le hubiera visto? No le dio tiempo a reaccionar, él ya estaba a su lado, abrazándola.
-¿Qué haces aquí?-preguntó él.
+No, no, ¿qué haces Tú aquí?
-Quería darte una sorpresa-sonrió.
Ella también sonrió. Tenía ganas de besrale pero había algo que le impedía hacerlo, algo que la retenía en su sitio. Pero eso no importó porque fue él el que se inclinó hacia delante para besarla, para besarla como si no hubiera mañana.