jueves, 2 de febrero de 2012

no me importa

No me importa que una distancia se interponga entre nosotros, no me importa la opinión de los demás sobre nuestra relación, no me importa que la gente haga apuestas sobre si vamos a durar más o menos tiempo, no me importa estar una semana sin tí, se me hace larga, eterna, pero luego llega el fin de semana, llega ir a la estación de buses, llega sentarme en el mismo asiento que la primera vez, llegan esos 45 minutos que se me hacen infinitos, pero también llega verte, llegan los besos en la boca, las caricias en la espalda, llegan los te quieros, los abrazos, llega tumbarnos en tu cama, llega besarnos hasta el amanecer, llega ver las estrellas abrazados, llega irnos a comer y alimentarnos solo de besos. Pero luego llega el domingo, llega otra vez el subirse al autobús, pero esta vez de vuelta, llega el último beso que me mantiene viva durante el resto de la semana hasta que vuelva a verte lo antes posible. Y así pasa mi año, mis doce meses, mis 365 días, nuestro mes y medio, nuestros 48 días. Pero creeme, merece la pena estar 317 días sin verte si los 48 que pasamos juntos son tan perfectos como siempre.

martes, 31 de enero de 2012

te quiero, lo demas me da igual

Ella había elegido que él le diera 300 besos y, a cambio, él elegiría el lugar del cuerpo de ella donde posaría sus labios para regalarle esos 300besos que ella tanto deseaba.
Había quedado con él en un parque cerca de la playa. Estaba nerviosa, no sabía qué pasaría unas horas después cuando estuvieran juntos, él tenía novia. Quizás era todo mentira, quizás se había inventado todo para divertirse viendo como ella se creaba ilusiones. Es cierto, siendo realistas, ¿quién iba a fijarse en ella?,sobre todo tratándose de un chico como él.
Era casi la hora, ella se metió en el baño, se echó un poco de maquillaje y, por último, dio un poco de brillo a sus labios. Agarró el bolso asegurándose de que no se le olvidaba nada, cogió las llaves y salió de casa cerrando la puerta con fuerza.
Llegó a la playa, él aún no había aparecido. Cada vez estaba más nerviosa, no paraba de morderse las uñas, ¿y si la había dejado tirada? Retiró rápidamente esa idea de su cabeza, pero ella sabía que, en realidad, esa opción podría ser cierta y varias lágrimas calleron de sus ojos. Se limpió con la manga del jersey. En ese momento alguien la abrazó por detrás, ella se giró, desconcertada, y le vio. Le sonreía, estaba guapísimo, unos vaquero verdes, una americana negra y aquel pendiente que adornaba su oreja derecha. Se saludaron con dos besos en las mejillas. Él la agarró de la mano y empezó a correr. La llevó a un lugar bastante apartado de la ciudad. Era un parque gigante pero solo estaban ellos. Estaba cansada después de todo lo que había corrido, así que decidió apollarse en el tronco de un árbol y él la agrró de la cintura. Su corazón empezaba a acelerarse. Estuvieron unos segundos sin hablar, se limitaban a sostener la mirada el uno del otro, hasta que él optó por empezar la conversación:
-Creo que tenemos algo pendiente...
+Ah, si?
-Creo que te debo 300 besos si no recuerdo mal.
+Si! Es cierto! Pero si quieres te los perdono.
-No, no quiero que me perdones el mejor de los castigos.
Ella se puso aún más nerviosa.
-Y además, creo que me diste la oportunidad de elegir dónde dártelos.
+Claro, tú eliges.
Ella sonrió. Entonces él comenzó con su misión. Se agachó y empezó dándole besos por la cadera, a continuación por la cintura, la barriga, el pecho, los brazos. Ya llevaba 263 cuando empezó a besarle el cuello. 299. Y el último beso fue en la boca. Sus labios se juntaron y sus lenguas se pusieron en contacto. Pero cuando por fin ya era todo perfecto ella se apartó y empezó a llorar.
+Tienes novia-susurró.
En ese momento empezó al melodía del principio de la canción de A Drop In The Ocean... Ella se armó de valor y, entre lágrimas, le contó lo que sentía.
+Que sé que tienes novia, pero quería que supieras que te quiero, te quiero muchísimo. Te quiero desde el primer momento, y te quise más cuando me empezaste a hablar y aún más cuando contestabas a mis te quieros con un yo más, y más aún hace unos minutos y creeme, te quierocomo nadie, pero tienes novia.
Estaba dispuesta a marcharse cuando el la agarró del brazo y le dijo:
-Te equivocas, ya no tengo novia. Te quiero a tí, y lo demás no me importa.
Y se volvieron a besar, pero esta vez para estar juntos para siempre.