domingo, 7 de octubre de 2012

discutir con alguien a quien amas

Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores, uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos...Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...
Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejaréis de intentarlo... Os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando. Pero os aseguro que no pasaréis una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más...Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estáis leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza.
Os libraréis de él o de ella, dejaréis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (la sustituiréis por la calma), pero os aseguro que no pasará un día en que deseéis que estuviera aquí para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas que haciendo el amor con alguien a quien desprecias.

No va a recitarte poesía

"Ella no es perfecta. Tú tampoco lo eres, y ninguno de los dos probablemente lo seréis. Pero si ella puede hacerte reir al menos una vez, te hace pensar dos veces, si admite ser humana y cometer errores, no la dejes ir y dale lo mejor de ti. Ella no va a recitarte poesía, no está pensando en tí en todo momento, pero te dará una parte de ella que sabe que podrías romper. No le hagas daño, no la cambies, y no esperes de ella más de lo que puede darte. No analices. Sonríe cuando te haga feliz, grita cuando te haga enfadar y échala de menos cuando no esté. Ama con todo tu ser cuando recibas su amor. Porque no existen las chicas perfectas, pero siempre habrá una que es perfecta para ti."

Ya no depende de mí

Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde, escribir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar. Que no vas a recibir nunca. Que como tú me enseñaste, cuando acabe de escribirla la quemaré, los sentimientos se pondrán a arder, y ese dolor, cómo era...
Ah sí, ese dolor que se te queda tan dentro.. Esta vez solo quiero ser claro, sería un imbécil si no gritara que me he equivocado, desde el principio, contigo.
He intentado avanzar sin apartar antes las cosas que lo impedían, agarrado al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero sin parar de recordar, empeñado en quedarme ahí. Qué locura no? En medio de un lado y del otro, sin perdonare, sin perdonarme, sin avanzar. Dónde está el secreto del futuro? Puede que esté en fijarse bien, en avanzar, mirar más cerca. Más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro. Sólo hay que dejar que las cosas pasen. Y ahora lo tendría claro. Aunque ya no depende de mí.