viernes, 20 de julio de 2012

Era un buen comienzo

Octubre, cuando cae la lluvia sin cesar, cuando las calles están mojadas y huele a tierra húmeda, cuando no se ven las caras de la gente sino los colores de sus paraguas, cuando la palabra PRISA es la que pisa las calles. La gente corre para no mojarse, para llegar cuanto antes a casa, darse un baño caliente y relajarse. Que suerte tenían algunas personas. Ella no tenía prisa, ninguna, ¿para qué?¿qué más le daba mojarse? le daba igual, la única consecuencia que podía tener esa mojadura era ponerse mala, pero no le importaba. Caminaba sin rumbo, ya no sonreía, estaba pálida, no comía, no le veía sentido a la vida si no era con él, y él ya no estaba, al fin y al cabo la vida era para compartirla con alguien ¿no? ¿y si ese alguien ya no estaba? pues tu vida pierde el sentido. Se consideraba alguien insignificante en ese mundo tan grande. Observaba el agua que caía de los edificios, se estaba formando un río. Se sentó en un banco a observar los nubarrones que pasaban por encima de su cabeza, estaba sola en un mundo tan grande...sus lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia que caían sobre su cara. Al cabo de un rato paró de llover, el cielo se estaba despejando un poco. Alguien se sentó a su lado y le susurró al oído: "La cabeza bien alta princesa, que se te cae la corona". Sin duda era él, aquella persona con la que se había imaginado un futuro, esa persona de la que tanto dependía, esa a la que amaba. Se besaron, se besaron como nunca antes lo habían hecho. El arco-iris comenzaba a asomar por la azotea del edificio más próximo. era un buen comienzo, sin duda.

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